Agresividad, alteraciones de nervios periféricos, angustia, ansiedad, ciática, estados espasmódicos en enfermedad de Parkinson, hemicránea, isquialgia, lesiones nerviosas, lumbalgia, migrañas, neuralgia braquial e intercostal, problemas del sueño, síndrome de piernas inquietas, trastornos derivados del estrés, entre otros.
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