Torcimiento del cuello, en el cual la cabeza apunta hacia un lado, mientras la barbilla o mentón está volteada hacia el otro. Esta patología puede ser hereditaria o adquirida, desarrollándose como resultado de daño al sistema nervioso o los músculos. Si la afección se vuelve crónica, se puede presentar entumecimiento y hormigueo a medida que las raíces de los nervios resultan comprimidas en el cuello.
En el caso de tortícolis, el espasmo muscular de larga duración puede provocar incluso un derrame muscular y/o sensaciones desagradables de hormigueo en la nuca y hombros, causando una limitada movilidad.
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